jueves, 13 de enero de 2011

Berlín 1 - Viajante 0

El día comenzó raro... para empezar, el grajo volaba bajo no volaba nada. Mi primer despiste fue confiarme en el día anterior que había brillado el sol todo el día y no me abrigué tanto. Aún así pude aguantar el embiste. Pero la ciudad me tiene manía o algo asín.

Quise comenzar con una ruta recomendada por el barrio jodío. Así que me puse en marcha y llegué a su impresionante Neue Sinagoge y su cúpula dorada. El siguiente punto de la ruta era el antigüo cementerio jodío (Y jodío de verdad, los nazis se encargaron de destrozarlo... ¿los jodíos no tienen almas y no se tomaron su revancha atormentándoles por las noches?) Entre la nieve y que sólo quedaban en pie 2 lápidas (y semi-derruidas) le confería al lugar un halo de romanticismo extraño. Un cartel en la puerta pedía que los hombres cubrieran pudorosamente sus cabezas. ¿¿Pero quemestáscontaando?? Fiel a mis principio anti-gilipolleces, entré luciendo mis maravillosas entradas que tanto me han costado conseguir. Faltaría más. Eso sí, espero que esos espíritus que dejaron en paz a los nazis no la tomen conmigo. De eso ya se encargará la ciudad, porque para llegar a este cementerio, tuve que dar 3 vueltas a la manzana. ¿Dónde están las señalizaciones en esta ciudad? Ah! Si, en pequeñito ahí... si... sólo ahí... pero he de girar la calle y no me lo indican... Ah! Si, ahí hay otro letrero pequeño y escondido que hubiera visto si no fuera mirando la acera para no resbalar en el hielo y hubiera jugado al “¿Dónde está Wally?” más a menudo en mi infancia, ajam...

Ains... seguí la ruta que me indicaba y oh, sorpresa, pasé por la misma calle de ayer, bueno, si me indican que he de ir por aquí, yo voy. Oh... de nuevo la calle.. ¿pero esto qué eees? (Matías Prats dixit). ¡Aaarj! Desesperado por no encontrar lo que indica la guía y de dar vueltas a la misma manzana una y otra vez, me largo de allí. Más tarde me dirían que en esa zona hay dos sitios imporantes e interesantes. Pero como estaba dando vueltas cual peonza, los pasé de largo.

La ciudad se comenzaba a burlar de mi, pero la burla mayor comenzaría a partir de ahora. Para comenzar, el edificio-monumento que desde siempre me ha llamado más la atención de Berlín, la Kaiser-wilhelm-gedachtniskirche (lo he copiado, ni por asomo soy capaz de recordar este nombre), que es la iglesia medio derruida que han dejado tal cual, resulta que está encajonada... tal como suena. Metida en un cajón enorme que la cubre de pies a cabeza. Mi cara, toda ella, de gilipollas.

No fue lo único... resulta que la maravillosa cúpula de Norman Foster que encumbra el Reischtag... oh ¡Está cerrada al público! (Mi teoría es que hay alguna estúpida alerta anti-terrorista, porque hay muchos Polizeis por la calle armados con ametralladoras... y un par de personas me han dicho dos excusas diferentes que les han contado para no poder entrar a la cúpula). Ains... desde el parlamento se puede divisar el precioso (En primavera debe serlo) Tiergarten. Y desde ese punto podía ver la gran columna de Siegessäula, también símbolo de la ciudad... ¡Oh! ¡Cerrada y encajonada como la iglesia! Pero pero pero... ¡¡¡aaaaaarjjjj!!! y ¡¡¡re-aaaaarj!!! Mier$%#€$*@ Ains... mis ánimos un poco por los suelos. Al menos vi la Gran Puerta de Brandemburgo y las marcas de por dónde pasaba el muro.

Bueeno, seguí pateando como un loco por toda Berlín. En una gran plaza vi a una gitana de lejos que iba pidiendo, mal rollo... Hitler no hizo bien su trabajo. Se me aceró hablándome en alemán y yo “No entiendo”, pasó a hablarme en un correctísimo ingles, “no entiendo” le volví a espetar para ver si me dejaba tranquilo, pero ella soltó un “ayyy, dame aaargo pa comé, que tengo jambre”, mi cara se horrorizó. A ver, señora, (pensé) qué hace pidiendo y mal viviendo con la cabeza tan estupenda que tiene para los idiomas... so vaga, pónnnngase a currar. Me la logré sacar de encima como pude, pero su liendre (léase "hijo") se acercaba y pretendía venderme unas piedras que había cogido del suelo. Ahí ya escarmenté y le solté un: “no t'entenc res de res.. soc bàmbol i no se qué me vols dir, al·lotet”. En ese momento me di cuenta del poder del catalán. Visca la nostra llengua! El niño puso cara de “¿Eing?”, tiró las piedras y se largó.



Cansado ya de ir dando tumbos sin dirección fija y ver que todo estaba en obras... decido ir a un museo. Me decanté por el Pergamonmuseum. No es muy grande, pero si impresionante y de precio razonable. Me quedé contento aunque se me hiciera corto el recorrido (He visitado museos peores, como el de Florencia y era mucho más caro...).

Regresé al hotel temprano y cansado anímicamente y físicamente. Tenía la sensación de no haber hecho nada, y eso que no paré de andar. Sentí que la ciudad me había marcado un gol. Aún así decidí quedarme un día más para poder empatarle al menos!

2 comentarios :

  1. Bueeeeenooo, otro día será mejor...espero que no dejes de escribir en tu libreta de los viajes!!! Venga un abrazo...

    Pd. Pedro Almorranar? joio??? porque no hizo bien su trabajo ??? uhhhhhhh

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  2. Que pena que encontraras el Reistag cerrazo, la vista es realmente espectacular!!!no fuistes al Museo Judio? tiene una arquitectura sorprendente y el contenido también vale la pena!!

    Espero que hoy tengas mejor dia, te sugiero que visites los bunkers que hay vajo la ciudad, hacen visitas guiadas.

    Besos y no dejes de escribirnos!!!!

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