miércoles, 19 de enero de 2011

Último relato del pequeño paseo germano-belga.


Düsseldorf no es gran cosa. Así de claro. Lo primero que hice por la mañana fue ir a la oficina de turismo a pedir un mapa, alguna recomendación y preguntar si hay zonas con wi-fi gratis. Y la chica se quedó extrañada diciendo que no, si acaso en algún bar, pero pagando una consumición. Vaya... ¡en Spanischland no estamos tan atrasados como parecía!

Las dos cogidas de la manooo...
Esto es muy pequeño y no tiene prácticamente nada de interesante. A ver, es una ciudad que fue devastada totalmente en la guerra y construida de nuevo sin siquiera respetar el antiguo trazado de las calles. De todos modos tiene rincones bonitos y para pasear es agradable. Uno no puede caminar todos los días bordeando el Rín, que bajaba muy cargado y con unas corrientes bastante fuertes debido a las inundaciones que está sufriendo el norte de Europa (¿Cambio climático? ¿Eso qué es?).

En sólo media mañana y paseando tranquilamente hice un recorrido recomendado en una guía que me dieron, paseé por la orilla del río, crucé dos puentes, paseé por la orilla contraria, subí a la torre de telecomunicaciones, me tomé algo admirando las vistas y callejeé un rato más... cuando ya estaba repitiendo calles me quedé sin saber muy bien qué hacer. Y siendo lunes todos los museos estaban cerrados. Opté por comer algo, hacer un poco de siesta e ir a patinar un rato sobre hielo. Y eso hice, patiné :) y feliz de la vida.
Desde las alturas.


La verdad es que llevaba un buen tute encima. Después de estar una semana pateando sin parar, viajando en trenes, aviones, bicicleta, patines, etc... al cuerpo se le acaban las pilas. Y eso lo noté al día siguiente. Mi plan era llegar a Colonia y visitar la ciudad, pero mi cuerpo no podía más. Aún así fui y me llevé un chasco mayor si acaso que con Düsseldorf. Y es que si allí hay muy poco que ver... en Köln no hay NADA. Bueno, si, está su magnífica catedral... res pus. Fui a la oficina de información y me trataron con un poco de asco, les pregunté qué podía visitar, me ofrecieron un mapa por 20cent (!!) y me dijeron que ahí estaban marcados los puntos de interés... Ale, toma, tu nómina del mes para ti, que te la has ganado.
Y de nuevo... los semáforos. ¿Pero es que en este país no saben normalizar el uso de unos corrientes aparatos para dirigir el tráfico? Aquí son más estúpidos si cabe... ya que el semáforo para peatones tiene ¡2 luces rojas! Es decir, además de la verde con el señor caminando... tiene 2 luces rojas, una encima de la otra, con un señor cada una. ¿¿Para qué?? Se encienden las dos a la vez y se apagan a la vez. Inaudito...

Esto es todo Köln...
Me puse a caminar sin saber bien qué visitar, pero le pasa algo similar a Düsseldorf, y es que esta ciudad también fue destruida en su totalidad durante la guerra, menos su catedral, dicen que fue un milagro que las tropas aliadas casi no la dañaran (ains... además de alcohólicos cerveceros, supersticiosos...). Al menos aquí sí respetaron el trazados de sus calles, legado de los años en los que fue ciudad romana. Pero ya está, no tiene nada más. Miré el plano y todo lo que me indicaba eran iglesias, los únicos puntos interesantes eran precisamente esos, los vestigios romanos. Muy cansado y habiendo pagado 1€ por mear... (si, por usar los baños de donde sea, tienes que dejar dinero... ¿que no llevas suelto? Pues paga lo agarrado y te jodes) caminé y caminé. No tenía claro qué visitar porque el plano no es lo mejor del mundo que digamos. Aún así fui a buscar un trozo de muralla romana. La localicé... en medio de casas, cubierta totalmente de maleza y escondida en una calle secundaria. Vaya manera de tratar lo poco cultural e histórico que le queda a la ciudad. Hasta su plaza mayor es fea de cojones. Eso si, tiene unas calles peatonales y comerciales muy bonitas llenas de tiendas: C&A, Zara, New Yorker, H&M, Mango, etc... ¿Vienes al culo de Alemania para ver las mismas tiendas que en todos lados?
También me percaté que en esta ciudad deben tenerle una manía terrible a los bancos, de esos que se usan para sentarse... esos de los que aquí NO EXISTEN... Busqué y busqué, cansado como estaba, alguno para poder comer el bocadillo que me había preparado. Nada, la búsqueda fue infructuosa. Al final me senté en el trozo de muralla a comer... total, la tienen abandonada y de cualquier manera. No creo que les importe.
Cansado como estaba, viendo que esta ciudad no tiene nada que ofrecer y que comenzaba a chispear, decidí largarme tan sólo 3 horas después de llegar a la ciudad (de las cuales te sobran 2 y media para visitar las zonas más importantes de la ciudad).

Fui al hotel a descansar y luego salí de nuevo a pasear por Düsseldorf, ya que en la guía explicaba que “la ciudad vive en frenesí” (sic). Y yo vi lo mismo que por el día, poca gente por las calles, comercios cerrados a las siete de la tarde y muy poca iluminación. Así que sin pena alguna, volví al hotel para descansar otro rato más. Mañana es mi último día y pretendo visitar el museo del cine. Luego iré al aeropuerto pagando 7€ por un trayecto de 5 minutos de reloj. (Si... los medios de transporte públicos en Alemania son terriblemente caros).

Después de la gran Berlín, la fantástica Bruselas, la maravillosa Brujas... acabé mal la cosa en la pobre Düsseldorf y la decepcionante Colonia. Pero bueno, dos de cinco no es bastante para que me lleve un mal sabor de boca de la experiencia.

Viajar solo no es ni mejor ni peor, es diferente. Lo único de lo que me puedo arrepentir es de no tener fotos mías haciendo el idiota! El resto, igual de bien que acompañado. ;)

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