sábado, 15 de enero de 2011

A la búsqueda de Tintín

Minimini pis

Bruselas... la ciudad que nunca ve el sol (o pocas veces). Aquí no hace tanto frío, pero llueve a gotitas, lo que se suele llamar chirimiri.
La primera noche de hotel me esperaba. Un 7º piso con un gran ventanal que daba a una panorámica de la ciudad entre edificios y tejados. Pero había una fina neblina que impedía ver con claridad nada. La primera noche iba a descansar tirado en la cama.. pero un ruido muy molesto que venía de las cañerías de la calefacción me obligaron a bajar y pedir que me cambiaran de habitación... Me la dieron en el primer piso... sin vistas, pero una habitación más grande que mi cripta! Dos camas de matrimonio pegadas una a la otra y una pedacho bañera. Jejeje... moooola!

Al día siguiente me levanté dispuesto a ver qué tal era la capital Europea, y lo primero que me percaté es que es muy cara... en media mañana me gasté lo mismo que en 4 días de Berlín... ¡¡y sin comprar nada!!
La verdad es que fui a tiro fijo, caminé hasta encontrar un City Sightseeing de esos rojos y me monté para hacer el recorrido. De todos los que he montado en diferentes ciudades este era el más cutre. Casi no contaban nada por los auriculares que te ofrecen. ¿Tan poca historia relevante o interesante tiene esta ciudad? A partir de aquí me di cuenta que todos los españoles que no vi en Berlín están en Bélgica.

Pequeña variedad de gofres.
Me bajé en el Atomium... aaah... ¡qué maravilla! Subí hasta arriba y admiré las vistas. Luego hay un pequeño recorrido por unas pocas bolas, subir, bajar, escaleras, métete por un tubo, por otro... ¿así se sienten los espermatozoides? (Menudo pensamiento profundo...)
La ciudad está llena de morosss... mala cosa... como se cabreen, reclaman de nuevo su territorio musulmán, porque alguna vez en la historia lo fue. (Como los romanos, celtas, holandeses, etc se pongan en el mismo plan... a ver qué hacemos).
Después de bajar del átomo de cristal de hierro, fui a pasear por la ciudad. Me topé sin querer (lo juro) con la Boutique Tintín... aaarh! Hay muchas cosaaas, pero taaan caras! Todavía estoy por decidir si me compro algo o no (estoy más cerca del NO que del SI). Pero me pongo nervioso y subo y bajo la calle un par de veces sin saber dónde ir o qué hacer. Así que me paré, respiré, y fui a la oficina de turismo más próxima. La tipa que me atendió debía tener almorranas, porque me sacó un mapa, me señaló las cosas que ya venían señaladas de por sí y cuando le dije que era un gran fan de Tintín se quedó con cara de decir ¿Y a mí qué me cuentas? Gracias a internet, descubrí que existe una guía para descubrir cosas de Tintín por la ciudad, cosa que no me dieron, cerrrrdos.

De la ciudad se puede (y debe) resaltar la plaza mayor... una pasada. Preciosa.. Me quedé con la boca abierta. No en vano dicen que es la más bonita del mundo. El Manekenn Pis es mu chiquitajo, pero mucho mucho. Yo ya lo sabía, pero no pensé que tanto. Caminando caminando, llegué al museo del cómic... Aiiins... aaaaains... la de fotos simpáticas que no pude hacerme porque no había mucha gente en el museo y no pude rogarle a nadie que me retratara haciendo el gili con las cosas de Tintín que había por todo... aiiiiiiins... Pero bueno, es lo que tiene ser como Lucky Luke (también belga) a poor lonesome cowboy.
Y así gasté el día, paseando por la ciudad. Sin problemas, ni anécdotas. Los bruselianos son más normales que los berlinianos.

Gran invento: El tene-chillo.
Al día siguiente cogí un tren y fui a visitar la indescriptible ciudad de Brujas. Nada más llegar alquilé una bici y pedaleé sin parar horas y horas recorriendo el pueblo. ¡Qué bonito es! No podía parar de recorrer sus calles y parques. La verdad es que el terreno es plano y la bici de paseo fue estupendamente. Aquí seguí escuchando mucho el castellano de toda la vida. Maaadre mia ¿Han dejado la península vacía?

Mañana haré otro poco de visitas a museos... y partiré a otras tierras...

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